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Carmelo
Seglar Carmelitano Teresiano
P. Aloysius Deeney, OCD Delegado General |
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El punto de partida para esta presentación
es contestar la pregunta: ¿Cuáles son los principios que usas para
discernir la vocación a la Orden Seglar de los Carmelitas Descalzos? Esto sucede entre los frailes y las monjas:
Cuando algunos entran a un monasterio o a un convento, si los mandan a casa,
no es porque son malas personas o porque son moralmente inaceptables, sino
porque se descubre que no tienen la vocación. Ser miembro de la Orden es una
vocación y, se necesita ante todo, identificarla claramente, de otra manera,
tanto los frailes, como las monjas o los seglares, nos arriesgamos a
perder y confundir nuestra identidad y propósito. Describiría a un miembro de la Orden
Seglar de Nuestra Señora del Monte Carmelo y Santa Teresa de Jesús, como
un miembro practicante de la Iglesia Católica, que bajo la protección de
Nuestra Señora del Monte Carmelo, inspirado por Santa Teresa de Jesús y por
San Juan de la Cruz, se compromete con la Orden a buscar el
rostro de Dios, para bien de la Iglesia y del mundo. ¿Quién está llamado a ser Seglar
Carmelita y cómo distingues, entre estar o no estar llamado? En tal descripción se distinguen seis
elementos que, conjuntamente, son elementos que mueven a la gente a
acercarse a la Orden y a buscar una identificación con ella de una manera
más formal. Miembro practicante de la Iglesia Católica:
Esto significa Católica Romana, no se refiere al rito Latino, pero se refiere
a la unidad bajo el liderazgo del Obispo de Roma, el Papa. La mayoría de los
católicos romanos, pertenecen al rito Latino. Hay, sin embargo, otros ritos
dentro de la Iglesia Católica Romana, Maronitas, Malabares, Melquitas,
Ucranianos, etc. Hay comunidades de la Orden Seglar en cada uno de estos
ritos. Por ejemplo, la Comunidad de la Orden Seglar de los Carmelitas
Descalzos de Líbano pertenece al rito Maronita. La palabra practicante especifica
algo acerca de la persona que puede ser miembro de la Orden Seglar. Como algo
básico, un practicante de la fe católica sugiere la capacidad de participar
plenamente en la Eucaristía, con una conciencia clara. La Eucaristía es el
culmen de la identidad y de la vida católica. Es el punto de encuentro entre
el cielo y la tierra. Así, si uno es libre de participar en la Eucaristía,
entonces los puntos de menor importancia son ciertamente permitidos.
En la mayoría de los casos, en el pasado,
esto fue muy simple de determinar. La gente que venía a la Orden Seglar
procedía de parroquias donde los frailes estaban presentes, o a través de
contactos con frailes o monjas, quienes les recomendaban para la Orden Seglar.
El divorcio no fue un problema mayor en la
vida católica, muchas situaciones fueron claras. Hoy en día, no. Las cosas
no son siempre claras y, es precisamente aquí, donde el Asistente Espiritual
puede ser el mayor auxilio del Consejo de una comunidad de la Orden Seglar al
filtrar a sus candidatos. Daré un ejemplo: Una mujer se acerca a la comunidad
de la Orden Seglar, la mujer es conocida por alguien del Consejo y ellos saben
que este es su segundo matrimonio. Ellos también saben que ella va
regularmente a Misa y participa de los Sacramentos. Al Consejo le gustaría
tener más claridad antes de admitir a esta persona a la formación. Hay pocas
posibilidades con este caso. La Iglesia anuló su primer matrimonio, o por
arreglo con su confesor, ella y su marido viven cada quien por su lado, de
manera que participan en los sacramentos de la Iglesia. Una entrevista con el
Asistente Espiritual, clarificaría las respuestas sin necesidad de mayores
explicaciones respecto a su derecho a la privacidad y a un buen nombre de que
cada miembro de la Iglesia disfruta, él daría la palabra al Consejo que
permitiría a esta persona entrar a la Orden Seglar. La Orden Seglar es, jurídicamente, una
parte de la Orden de los Carmelitas Descalzos, la cual es una institución de
la Iglesia Católica Romana y está sujeta a las leyes de la Iglesia. La
Sagrada Congregación debe aprobar nuestras propias leyes. Por lo tanto,
alguien que no pertenece a la Iglesia Católica no puede ser miembro de la
Orden Seglar. La gente no católica interesada en la espiritualidad del
Carmelo es ciertamente bienvenida, y puede participar de alguna manera en
cursos y estudios con una comunidad, pero no puede ser miembro de la Orden
Seglar. Aquí nosotros tenemos el primer elemento
de la Identidad de un miembro de la Orden Seglar, una persona que participa en
la vida de la Iglesia Católica, hay por supuesto más, porque hay millones de
personas que participan en la Vida de la Iglesia Católica, pero que no tienen
el menor interés en el Carmelo. Viene el segundo elemento: bajo la
protección de Nuestra Señora del Monte Carmelo. No es
solamente la devoción a Nuestra Señora lo que identifica a una
persona llamada a la Orden Seglar. Hay muchos cristianos que son
verdaderamente devotos de Nuestra Señora y han desarrollado un gran carácter
mariano en su vida cristiana. Existen muchos cristianos ortodoxos, así como
anglicanos, que son verdaderamente marianos. Hay muchos católicos que visten
el escapulario por razones válidas y con sincera devoción a María, y no son
llamados a ser Seglares Carmelitas. No solo eso, hay personas que vienen a la
Orden Seglar, precisamente, por la devoción a María, al escapulario y al
rosario, pero no tienen vocación para ser miembros de la Orden Seglar. El aspecto particular de la Virgen María
que debe estar presente en cualquier persona llamada al Carmelo es la
inclinación a meditar en su corazón, la frase que el Evangelio de
San Lucas usa dos veces para describir la actitud de María. hacia su Hijo.
Sí, todos los demás aspectos de la vida mariana pueden estar presentes, la
devoción, el escapulario, el rosario y todas las demás cosas. Todos ellos,
sin embargo, son aspectos secundarios en la devoción mariana. María es
nuestro modelo de oración y meditación. Este interés en aprender a meditar
o la inclinación a la meditación es la característica fundamental de
cualquier Seglar Carmelita, y, quizá, es la más importante. Una experiencia frecuente en muchos grupos
es tener una persona que se
acerca a la Orden Seglar para ser miembro, algunas veces puede ser un
sacerdote diocesano o cualquier otra persona, que resulta muy devota de
María, una persona que ha estado en muchos peregrinaciones a Santuarios
marianos del mundo, una persona que tiene familiaridad con las apariciones y
mensajes atribuidos a María, en fin, es una verdadera autoridad en los
movimientos marianos actuales. Pero, muchas veces, esa persona no tiene la
menor inclinación para meditar en su corazón, aunque desea ser la maestra de
la comunidad acerca de la Bienaventurada Virgen María y rápidamente
introduce una corriente mariana no carmelitana. Si esta persona es un
sacerdote, será muy difícil para la comunidad protegerse así misma de esta
desviación en su vida mariana. Hay otros grupos marianos y movimientos que
pueden ser hogar para esta persona, pero no la Orden Seglar. Además dentro de
la familia Teresiano-Carmelitana, hay un lugar para la gente que tiene
devoción por el escapulario y por Nuestra Señora del Monte Carmelo, la
Cofradía del Escapulario o la Cofradía de Nuestra Señora del Monte Carmelo. María es, para los miembros de la Orden
Seglar, el modelo de actitud meditativa y de disponibilidad. Ella atrae e
inspira a los carmelitas, de una manera contemplativa, a entender la vida del
cuerpo místico de su Hijo, la Iglesia. Esto es, ella atrae a la persona al
Carmelo. En el programa de formación, éste es el aspecto que debe ser
desarrollado en la persona cuando entra al Carmelo. Entonces digo, que éste
es el segundo elemento: bajo la protección de Nuestra Señora del Monte
Carmelo. Un miembro de la Orden Seglar de Nuestra
Señora del Monte Carmelo y de Santa Teresa de Jesús es un persona
practicante de cualquiera de los ritos de la Iglesia Católica Romana que,
bajo la protección de Nuestra Señora del Monte Carmelo e inspirada por Santa
Teresa de Jesús y por San Juan de la Cruz....
aquí nosotros tenemos el tercer elemento. Mencioné ambos, Santa Teresa de
Jesús y San Juan de la Cruz y,
puedo decir correctamente al principio de esta sección, que también podemos
incluir a Santa Teresa del Niño Jesús, o a la Beata Isabel de la Trinidad, o
a Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), pero Santa Teresa de Jesús
y San Juan de la Cruz son centrales en este punto. Habiendo mencionado a toda esta gran gente
en la tradición Carmelitana, subrayo la importancia de Santa Teresa de
Jesús, a quien, en nuestra tradición, la referimos como Nuestra Santa Madre.
La razón es porque a ella le fue dado el carisma. En muchas partes del mundo
somos llamados Carmelitas Teresianos. San Juan de la Cruz fue el colaborador
original, junto con nuestra Santa Madre, en la reforma espiritual y jurídica
del Carmelo en este nuevo camino carismático. Así, él es llamado Nuestro
Santo Padre. Es duro imaginar a cualquier Carmelita, de cualquier línea, que
no se sienta atraído por alguno, si no es que por los dos, por sus historias,
por sus personalidades y lo más importante, por sus escritos. Los escritos de Santa Teresa de Jesús, son
la expresión del carisma de los Carmelitas Descalzos. La espiritualidad de
los Carmelitas Descalzos tiene una fundación intelectual muy bien cimentada.
Hay una doctrina involucrada aquí. Doctrina viene de “docere”, palabra
latina que significa enseñar, cualquier persona que quiera ser un Carmelita
Descalzo debe ser una persona interesada en aprender de los maestros del
Carmelo. Hay tres doctores de la Iglesia Universal: Teresa, Juan y Teresita. Una persona que viene a la comunidad, le
tiene un gran amor a la Bendita Madre, quiere vestir el escapulario en honor
de María como un signo de dedicación a su servicio, es una persona orante,
pero no tiene interés en leer o estudiar la espiritualidad del Carmelo
Teresiano o, bien, trata de leer a uno de los Doctores Carmelitas, pero no
encuentra interés en seguir leyéndolo. Para mí, es una buena persona que
puede pertenecer a la Cofradía del Escapulario, pero definitivamente no tiene
vocación para la Orden Seglar del Carmelo. Este es un aspecto académico de la
formación de un Carmelita Teresiano. Hay una base intelectual de la
espiritualidad de quien está llamado a la Orden y, cada fraile, cada monja,
cada seglar, representa a la Orden. Un Carmelita que no tiene interés en
estudiar o profundizar las raíces de su identidad a través de oración y
estudio, pierde su identidad, no pudiendo ya, representar a la Orden, ni
hablar de la Orden. Muchas veces cuando oímos a un Carmelita hablar,
obviamente oímos lo que está diciendo y podemos decir que lo aprendió en su
formación años antes. Esta base intelectual es el principio de
una actitud que está abierta al estudio, lo que lo conduce a profundizar con
interés en la Sagrada Escritura, en la teología y en los documentos de la
Iglesia. La tradición de la lectura espiritual, lectio divina y tiempo para
estudiar, son la columna vertebral de una vida espiritual. Cuando la
información es mala, o ausente, o incorrecta, o es truncada, resulta una
confusión en el Seglar. Si ese Seglar alguna vez, por azares del destino, es
Director de la Orden, la comunidad sufre. Esto sucede con los frailes y las
monjas, pero sucede también con
los seglares. Esta base académica o intelectual en muy
importante y se ha ido perdiendo, tristemente, en muchos grupos de la Orden
Seglar. No es una cuestión de que ser Seglar Carmelita signifique ser
intelectual, es una cuestión de
ser inteligente, con el propósito de saber acerca de Dios, de uno mismo, de
la oración, de la Orden y de la Iglesia. La obediencia ha sido largamente
asociada con el intelecto en virtud de la fe. Obediencia significa apertura a
oír (ob y audire en latín). Es una actitud radical de la persona para
moverse más allá de lo que la persona sabe. Educación también viene del
Latín (ex y ducere, superarse).
Santa Teresa describe a la persona de las Terceras Moradas como casi clavada e
incapaz de moverse. Una de las características de estas personas,
permanentemente en las terceras moradas, es que ellas quieren enseñar a todo
el mundo, ellas lo conocen todo, en realidad, ellas son desobedientes e
ineducables. Esto es, ellas están cerradas a aprender. El cuarto elemento de la descripción es
quien hace el compromiso con la Orden. Hay muchos católicos comprometidos que
son devotos de María y regulares expertos en Santa Teresa, San Juan de la
Cruz o en uno de nuestros santos, que no tienen la vocación para la Orden
Seglar. Estas personas pueden ser contemplativas o casi ermitañas, son
aquellos que gastan horas en orar y en estudiar
cada día, pero ellos no tienen la vocación a ser Carmelitas. ¿Cuál es el
elemento que distingue a esta gente de aquellos llamados a seguir a Cristo
más de cerca como Seglares Carmelitas? No es la espiritualidad, no es el
estudio, no es la devoción a María, consiste, simplemente, en aceptarse.
El Seglar Carmelita es movido a comprometerse consigo mismo, con la Orden y
con la Iglesia. Este compromiso, en la forma de la Promesa, es un evento
eclesial y un suceso de la Orden, en adición a ser un suceso en la vida de la
persona que hace la Promesa. En cierto sentido, recuerda siempre a la persona
en un contexto de familia, de trabajo y de
responsabilidades que están involucradas en su vida, la persona que se
compromete consigo misma esta caracterizada como un Carmelita. Dije que es un evento eclesial y un suceso
de la Orden. Es por esta razón que la Iglesia y que la Orden tiene un decir
esencial, en unión con el candidato, en aceptar y aprobar el compromiso de la
persona. Es también por esta razón que la Iglesia y la Orden dan las
condiciones y establecen los términos del contenido de la Promesa. Es posible
que una persona quiera comprometerse consigo misma a ciertas cosas,
meditación diaria o el oficio divino, por ejemplo. Pero la Iglesia, a través
de la Orden, establece los lineamientos, básicos y generales, para entender
esta Promesa. El seglar pertenece al Carmelo, no el
Carmelo al Seglar, lo que significa que hay una nueva identidad, una, la
identidad bautismal, la cual conlleva a un punto de referencia necesario. Así
como la Iglesia es el punto de referencia para la persona bautizada (la
persona bautizada pertenece a la Iglesia), así el Carmelo es el punto de
referencia para el Seglar. Los más de los católicos reconocen la
universalidad de la Iglesia, más de uno se vuelve Carmelita, más de uno
también reconoce la universalidad del Carmelo. De hecho, la persona que se
compromete consigo misma en el Carmelo en la Orden Seglar, descubre que el
Carmelo se vuelve esencial en su identidad como católico. Esto es porque las
promesas son el significado por el cual uno se vuelve miembro de la Orden
Seglar, entiende que la formación para las Promesas es importante, pero
también la formación permanente. Un aspecto importante de este compromiso es
el compromiso con la comunidad. Una persona que desea ser un miembro de
la Orden Seglar debe ser capaz de formar comunidad, de ser parte de un grupo
que está dedicado a una meta común, que muestra su interés en los otros
miembros, que es partidario de una vida de oración y que es capaz de recibir la participación de otros. Esto se
aplica para las personas que, por varias razones, no participan activamente en
una comunidad. En la formación del futuro de la comunidad esta
característica social será una de las que deberán desarrollarse. Hay mucha
gente que es introvertida y quieta, pero es completamente sociable y capaz de
formar comunidad, en cambio, hay gente que es completamente extrovertida y, al
mismo tiempo, incapaz de formar comunidad. En esta cuestión es necesario usar
el sentido común y hacerse esta pregunta: ¿Cómo será esta persona dentro
de diez años? Encontramos también el caso de la gente
que pertenece a otros movimientos, por ejemplo a los nuevos catecúmenos, a
los Focolares, al Movimiento Mariano de Sacerdotes, a la Renovación
Carismática, etc. Si una persona está involucrada con otros movimientos y no
interfiere con personas comprometidas con el Carmelo introduciendo en la
comunidad elementos que no son compatibles con la espiritualidad de la Orden
Seglar de los Carmelitas Descalzos, entonces, generalmente, no hay problema.
Pero cuando se presenta una persona que distrae a la comunidad de su propio
propósito y estilo de vida espiritual, los problemas empiezan. Algunas veces
hay gente confundida que viene al
Carmelo y habla de Nuestra Señora de Medjugorie y va a una junta de
Medjugorie y habla de la oración Teresiana. Aquí, el punto más importante
es que la persona debe elegir a la Orden Seglar y, que, la Promesa es más
importante que otros movimientos o grupos. La Promesa a la Iglesia a través
del Carmelo tiene ambos contenidos y propósitos. Estos son expresados en los
dos elementos finales de mi descripción de ¿quién es un Seglar Carmelita? El quinto elemento de la descripción es buscar
el Rostro de Dios. Este elemento expresa el contenido personal de la
Promesa. Yo podría mencionar de varias formas este elemento: orar, meditar,
vivir una vida espiritual, pero he escogido esto último porque viene de las
Escrituras y expresa la naturaleza de la contemplación fijándonos en la
Palabra de Dios, para que buscándolo a Él en esta misma Palabra, podamos
conocerlo, amarlo y servirlo. Este aspecto contemplativo de la vida
carmelitana centrada en Dios, reconoce siempre que la contemplación es un
regalo de Dios, no una adquisición como resultado de haber invertido
suficiente tiempo. Este es el compromiso para una santidad personal. El Seglar
quiere ver a Dios, quiere conocer a Dios y reconoce que la oración y la
meditación toman ahora gran importancia. La Promesa es un compromiso de una
nueva forma de vida, en la cual, con una lealtad a Jesucristo, marcan a la
persona y la manera en que esta persona vive. La vida personal del Seglar Carmelita se
vuelve contemplativa. El estilo de vida cambia con el crecimiento en las
virtudes que acompaña al crecimiento en el espíritu. Es imposible vivir una
vida de oración, meditación y estudio sin cambiar. Este nuevo estilo de vida
mejora todo el resto de la vida. La mayoría de los miembros de la Orden
Seglar que son casados y con familia, experimentan que el compromiso a la vida
de la Orden Seglar enriquece su compromiso familiar y matrimonial. Hombres y
mujeres Carmelitas Descalzos Seglares que trabajan, experimentan un nuevo
compromiso moral por la justicia en el lugar de trabajo. Los que son solteros,
viudos o separados, encuentran en esta promesa a la santidad una fuente de
gracia y fortaleza para vivir sus vidas con dedicación y buenos propósitos.
Esto es el resultado directo de buscar el rostro de Dios. ¿Es la esencia del Carmelo orar?, Muchas
veces oí o leí esta afirmación. Nunca estoy seguro de cómo contestarla. No
porque no sé que la oración es de gran importancia para cualquier Carmelita,
sino porque nunca sé lo que el orador o el escritor quieran justificar con su
exposición. Si para la persona la oración personal significa santidad y el
propósito de una espiritualidad verdadera que reconoce la supremacía de Dios
y el legado de Dios para la familia humana, entonces, sí, estoy de acuerdo.
Pero si para la persona la obligación completa es sólo orar y no hay nada
más, entonces, no estamos de acuerdo. La santidad personal no es lo
mismo que el propósito personal de santidad. Para un miembro bautizado de la
Iglesia, la santidad es siempre eclesial, nunca debe tener un contenido
egoísta. Nunca juzgo mi propia santidad. Yo estoy santificado por la práctica de
las virtudes, lo cual es el resultado directo de una vida orante de búsqueda
del legado de Dios en mi vida. Esto es, que la oración secreta carmelitana no
nos hace santos, la oración es un elemento esencial en la santidad cristiana
carmelitana porque es el contacto frecuente y necesario para permanecer fiel a
Dios. Este contacto permite a Dios hacer Su voluntad en mi vida, la cual,
entonces, anuncia la presencia de Dios y su bondad. Sin el contacto con la
oración no puedo conocer a Dios y Dios no puede ser conocido por otros. Ver el rostro de Dios necesita una
increíble cantidad de disciplina en el clásico y original sentido de la
palabra. Discípulo, es alguien que aprende, debo reconocer que siempre soy un
estudiante, nunca me volveré maestro y siempre estaré sorprendido de todo lo
que Dios hace en el mundo. Dios, es siempre un misterio, las huellas de la
existencia de Dios siempre me interesan, las encuentro en todos los sucesos de
la vida, como soltero, viudo, o casado; en la familia, en el trabajo y en el
retiro, pero ellas solamente se vuelven reconocibles y claras, a través de la
oración, observada desde el corazón. El anhelo de santidad es un deseo
quemante en el corazón y en la mente de alguien llamado a la Orden Seglar.
Es el compromiso que el Seglar debe hacer. El Seglar es atraído a orar,
encontrando en la oración un hogar y una identidad. Esta oración, este propósito de santidad,
este encuentro con el Señor, hacen al Seglar más parte de la Iglesia y un
miembro más comprometido de la Iglesia. La vida del Seglar resulta más
eclesial,. como la vida de oración, crece y produce más frutos: en la vida
personal, el crecimiento de las virtudes y, en su vida eclesial, el
apostolado. Esto me lleva al sexto elemento de la
descripción: Para el bien de la Iglesia y del mundo. Esto es el nuevo
desarrollo en el entendimiento del lugar del Seglar en la Orden y en la
Iglesia. Es el resultado del papel de los laicos en la Iglesia. Comenzando con
el documento del Concilio Vaticano II, “el Apostolado de los Laicos” y la
realización de los Sínodos sobre los laicos en 1986 y la Vida Consagrada en
1996 (Christifideles laici y Vita Consecrata). La Iglesia, constantemente
subraya la necesidad de favorecer el compromiso del laicado hacia sus
necesidades y a las necesidades del mundo. Santa Teresa tuvo la convicción de
que la única prueba de oración era la de crecer en las virtudes y de que el
necesario fruto de la vida de oración era el nacimiento de buenas obras. Una vez oí a un Seglar decir: el único
apostolado de los Seglares es la oración. La palabra que hace que esta
posición sea falsa es “único”. Una actitud orante y obediente hacia los
documento de la Iglesia nos hace ver claramente que la posición de la persona
laica dentro de la Iglesia ha cambiado. La Regla de Vida habló acerca de la
necesidad de cada Seglar de tener un apostolado particular. Christifideles
laici resalta la importancia del apostolado de las asociaciones en la Iglesia
y la OCDS es una asociación en la Iglesia. Muchos Seglares cuando oyen
mencionar el apostolado de grupo piensan que la comunidad entera debe estar
involucrada en algo que toma horas y horas de cada día, pero no hablamos de
esto. El párrafo 30 de Christifideles laici da los principios básicos de
eclesialidad para asociaciones y enlista los frutos de estos principios. El
primer fruto de la lista es un deseo renovado para una vida orante, meditante
y sacramental. Estas son cosas buenas en el callejón del Carmelo. Existe
mucha gente que necesita conocer qué han dicho nuestros Doctores Carmelitas
de la Iglesia. Si cada Carmelita se dedicara a propagar el mensaje del
Carmelo, cuánta gente no estaría confundida en su vida espiritual. Entrando
en una librería grande uno encuentra tonterías espirituales en la sección
titulada misticismo. Cada comunidad tiene que contestar una
pregunta ¿Qué podemos hacer para compartir con otros lo que hemos recibido
por pertenecer al Carmelo? Nosotros, como Carmelitas, podemos ayudar a aclarar
lo estropeado haciendo lo que sabemos. Esto no es una opción, es una
responsabilidad. Ser un Carmelita no es un privilegio, es una responsabilidad,
tanto personal como eclesial. Como dije al principio, esto solo, no es ningún elemento que ayude a discernir a la persona que tiene la vocación al Carmelo, es la combinación de todos estos elementos lo que hace la diferencia.
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Updated
17 gen 2005 by
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